El ferrocarril General Bartolomé Mitre fue creado entre los años
1889-1891, propiedad de la empresa de capitales británicos Ferrocarril Central
Argentino, nacionalizándose en 1947. Como muchos otros, tras la nefasta
dictadura militar y el paroxismo neoliberal alcanzado en los noventa, el Mitre
se convirtió en un fantasma que no sólo dejo trabajadores desempleados, un
medio de transporte accesible y menos contaminante en desuso, sino también
infraestructuras vacías y desaprovechadas.
Pero este gigante no fue olvidado: al vaciamiento y abandono perpretados que beneficiaron a unos pocos, se opuso la iniciativa de organización y generación de actividades que revivieron el espacio para incluir a muchos. Un proyecto cultural, social y político funciona hace más de 15 años en la vieja Estación Mitre, evitando el saqueo y deterioro del histórico edificio nada menos que a través de la creación y sostenimiento de una activa tarea en materia de talleres, cursos, jornadas, festivales que se fundieron con la vida del barrio: el Centro Cultural y Social El Birri. Constituido como Asociación Civil en el año 2007, El Birri firma un comodato con la Municipalidad de Santa Fe, dándole un marco jurídico a la ocupación de la Estación. En el mismo, se acordó un uso compartido del lugar y entre sus cláusulas se encontraba explicitada la obligación del municipio de dar aviso sobre cualquier actividad a realizarse, teniendo en cuenta la agenda diaria del centro cultural. Pero el 15 de febrero pasado, a casi 6 años de firmado el documento, la Municipalidad efectuó, sin previo aviso, un operativo de desalojo del Centro Cultural a partir de la resolución Nº 0008 del día anterior que decretaba la rescisión del convenio. Apoyada sobre supuestos reclamos por ruidos molestos y falta de limpieza, con dicha resolución totalmente carente de respaldo judicial, el intendente José Corral decidió avasallar el acuerdo sin ningún tipo de miramiento. El operativo estuvo a cargo de: el Subsecretario de Prevención y Seguridad Ciudadana, Rubén Sebastian Montenotte, el Coordinador de Seguridad Municipal, Fernando Carlos Sosa y el Coordinador del Distrito Suroeste, Sergio Trevisani. Junto a estos “defensores de la tranquilidad ciudadana” participó personal de Seguridad Urbana y trabajadores municipales, con el apoyo infaltable de adicionales policiales de la Provincia. Una verdadera patota institucional que se descargó no sólo sobre los trabajadores que fueron impedidos del ingreso a su lugar de trabajo (siendo detenidos dos de ellos), sino también sobre el espacio, generando daños durante la usurpación. Resulta interesante el tratamiento que le dieron los medios oficiales de la ciudad al desalojo ilegal del Birri, donde ninguno de estos “detalles” fue mencionado. La asociación del centro junto con los vecinos y numerosas organizaciones sociales, políticas, culturales y de derechos humanos, recuperaron el espacio y emprendieron la resistencia; una lucha que se materializó en un estado de asamblea permanente y la organización de actividades al grito de 100 AÑOS MAS DE CULTURA POPULAR. Se conformo así una Multisectorial que elaboró y elevó un petitorio donde se exigía:
Atendiendo al hostigamiento y la violencia sufrida durante el desalojo, el Centro Cultural inició dos medidas legales:
A partir de estas presentaciones, el juez Aldao convocó a la Municipalidad y a los miembros de la Asociación a una sucesión de audiencias conciliatorias, en las cuales se hicieron presentes él mismo, personal del juzgado, integrantes de la Asociación y sus abogados, y por parte de la Municipalidad, Adriana Molina, Damian Rodríguez Kees y los abogados Esteban Gaggiamo y Roberto Gianfelici. Se llevaron a cabo cinco audiencias hasta el presente, dos realizadas en Marzo, dos en Abril, una a principios de mayo. En el transcurso de las reuniones, los representantes del Birri aportaron al expediente un documento redactado por mas de 50 organizaciones sociales, culturales y políticas, que demuestra el apoyo al Centro y el repudio a lo ocurrido; expusieron la necesidad de ampliación y refacción del espacio físico para las actividades cada vez más numerosas que se desarrollan y entregaron ya un proyecto de comodato que contempla todo lo surgido en las audiencias y las necesidades del centro atendiendo tanto a su funcionamiento como a las condiciones del inmueble. La Municipalidad, por su parte, en una clara movida mediática, llevó a la segunda audiencia una “propuesta de comodato” que no sólo se elaboró desconociendo la vida y valor del centro, sino que adelantaba pautas restrictivas y excluyentes que socavarían no sólo su crecimiento y desarrollo, sino lisa y llanamente su actual actividad. Los funcionarios se comprometieron a evaluar la propuesta presentada por la Asociación para la audiencia del 17 de Junio. Esta audiencia aún no se concretó. Convocada por la Multisectorial que se formó en apoyo al Birri tras el violento intento de su desalojo, el jueves 21 de Febrero se realizó una movilización hacia la Municipalidad. Junto a los compañeros del Centro Cultural y vecinos del barrio, marchamos distintas organizaciones políticas, sociales y culturales para manifestar nuestro repudio a lo acontecido y exigir la recepción del petitorio acordado en asamblea. Copada la calle de colores, canciones y danzas al ritmo de los redoblantes, se fue sumando más gente a una columna verdaderamente festiva que demostró que sólo para la Municipalidad el Birri no tenía vida propia. Llegados a la explanada del municipio, se leyó un comunicado y se realizó una intervención artística a cargo del grupo de teatro que le puso cuerpo a las certeras palabras de Fernando Birri: “Nadie tiene derecho -ni el rey ni el papa ni el general- a impedir a un niño que crea que las mariposas son estrellas que vuelan, nadie tiene derecho -ni el que pisa con el pie diestro ni el que pisa con el pie siniestro- a caminar aplastando los malvones, nadie -ni el que vive en la cueva o en la intendencia o en la casa rosada de vergüenza- puede arrogarse insolentemente el derecho de llevarse el índice a la boca y ordenar el silencio en el concierto de ruidos, rugidos, suspiros, himnos, alaridos, llantos y canciones amorosas del mundo. Nadie." La cultura no es propiedad privada de nadie, ni siquiera es “algo” que tienen algunos y lo dan a otros. Es una construcción colectiva, que se genera en el intercambio de experiencias por medio de las mas diversas expresiones artísticas, e incluso ya en el simple encuentro de personas con ese solo fin, sin intereses utilitarios. Hacer cultura es hacer ciudad, ocupar espacios en la forma paradójica de abrirlos completamente para franquear los límites visibles e invisibles que se trazan, con pretendida naturalidad, entre los barrios, las instituciones, el derecho a habitar lo público. Apostar a la continuidad y engrandecimiento del Birri, el LUCHAR y RESISTIR para no dejar de CREER Y CREAR. La CULTURA somos TODXS. En el marco de actividades que se organizaron en repudio al intento de desalojo del Birri, el sábado 30 de Marzo se realizó el Festival por la Continuidad del Centro Cultural, junto a la campaña “Paren de Fumigar”. Artistas locales y nacionales apostaron a la iniciativa por “100 años más de cultura popular” y a la denuncia “los agrotóxicos matan”. Con los andenes repletos, pasaron por el escenario Raly Barrionuevo, Sig Ragga, Patricia Barrionuevo, Rubén Patagonia, Jeremías Chauque, Ginkgo Biloba y el Temple del Birri. Además de sumarnos a defender la resistencia y la lucha desde la alegría, tuvimos la oportunidad de charlar con Raly Barrionuevo y Rubén Patagonia precisamente acerca de la relación entre cultura y política. Compartimos sus opiniones en estas entrevistas. |
Entrevistas:
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