EXPEDIENTE: INUNDACIONES.
¿Por qué las inundaciones? Santa Fe es una ciudad rodeada de río. El río la abraza, la provee, la comunica, la azota. Los santafesinos tenemos con el río una relación añeja y pendular; momentos de belleza y, otros, de dolor. Contamos con numerosas inundaciones en nuestro haber… del Paraná, del Salado, de sus brazos, por las lluvias…y, más allá de esas experiencias y de las dimensiones de la que tuvo lugar en 2003, hoy muchos barrios de Santa Fe se siguen inundando. Decidimos hablar de las inundaciones, porque cada una de ellas dejó y sigue dejando sus huellas en la vida de muchos santafesinos. Pensamos que decir la inundación significa tratar un problema presente como si fuera parte del pasado. Es, en definitiva, quedarnos con lo que los medios eligieron hacer visible o, más precisamente, no pudieron invisibilizar. Sin embargo (sin contar las anteriores), luego de 2003 vinieron las inundaciones de 2007, 2009, 2011, marzo de 2013 y ahí vamos…por cada lluvia de mas de 100 milímetros, existen familias que se despiertan con agua hasta los tobillos. Pensar las inundaciones implica hacernos preguntas, porque mucho sigue sin saberse y, de lo que si conocemos, tanto tanto sigue sin resolverse. Los interrogantes que se erigen como inevitables contestar son: ¿Por qué nos inundamos? Esta pregunta es fundamental porque, sin su respuesta, no son posibles la verdad y la justicia. Al día de hoy, está probado en la causa abierta por el tema que la gran crecida del Salado, por sí sola, no alcanza para explicar la inundación. Sin las defensas inconclusas, los desagües tapados y la desidia e intereses mezquinos que guiaron la acción de los responsables (el gobierno y la universidad) no podemos dar sentido a la tragedia que sobrevino. El claro vinculo entre el gobierno municipal y provincial y la Universidad Nacional del Litoral en el ocultamiento de lo sucedido emerge como una constante cuando se indaga en la responsabilidad de cómo no se previno primero y como se afrontó, una vez en marcha, la inundación de buena parte de la ciudad. Este expediente trata esta cuestión, intenta plantear este interrogante, desde la convicción de que en Santa Fe, el tándem Medios-Universidad-Gobierno, es la manifestación concreta de cómo los vínculos entre el saber y el poder, guiados por intereses que poco tienen que ver con el derecho a la ciudad, obstruyen el conocimiento de lo que pasó: construyen con su silencio y su mentira, la impunidad que necesitan desesperadamente. Incluimos el prólogo al libro A mi nadie me aviso, editado en base a charlas en las que se plasma este vínculo, como muestra de las tantas acciones que, convencidas de que la ciudad se hace, y que todos tenemos derecho a hacerla, denuncian el silencio y proponen alternativas: la impunidad y la asimetría no son el destino manifiesto de Santa FE. ¿Quiénes nos inundamos/se inundan? Esta alianza de intereses se transforma imposible de ignorar. Si no, cómo explicar que los barrios que se inundan sean ¿llamativamente? aquellos a los que les falta la luz, el gas, por los que no pasan los colectivos, los que no tienen asfalto, los que no tienen regularizada la situación dominial de terrenos y construcciones. Cómo se comprende, por caso, que la orden de dinamitar la autopista para darle salida al agua haya sido dada por Reutemann sólo cuando corría riesgo la zona céntrica. Una de las condiciones que hizo de la inundación de 2003 un tema de relevancia fue que, por su magnitud, sobrepasó los límites de la estratificación social. No se limitó a los barrios que, se supone, deben inundarse. Aquí presentamos una entrevista hecha a María Schutt, vecina del barrio La Vuelta del Paraguayo quien, con claridad cristalina, señala los paralelos entre la ausencia cotidiana del Estado y la recurrencia de las inundaciones en su barrio. Su mirada, como todas, es subjetiva. Sin embargo, está construida sobre la experiencia y el compromiso con mejorar activamente las condiciones de vida de familia y vecinos. Además, presentamos en la sección “cable a tierra” un mapa que refrenda lo anterior. Si la línea que marca el limite de la inundación es la misma que divide a las zonas que cuentan con servicios plenos de las que no ¿Quién puede en su sano juicio seguir pensando que las inundaciones son fenómenos naturales? Los poemas incluidos en la sección Moción de Arte dibujan la tragedia evitable, pero también el poder de la acción para trazar un futuro mejor. ¿Qué necesitamos para no inundarnos más? Necesitamos las obras, claro está pero, también, que los mecanismos de decisión se amplíen y descentralicen. Por ello es indispensable sostener la batalla contra la impunidad que permite a personajes siniestros perpetuarse en el poder, seguir tomando las decisiones a espaldas de las necesidades de miles y miles. Las voces de los vecinos, de todos los vecinos, sus diagnósticos y propuestas, deben ser parte real de la elaboración y consecución de las políticas de prevención. Necesitamos que existan políticas de prevención. Sabemos que eso no se consigue esperando y, mucho menos esperándolo de sucesivos gobiernos que, independientemente de su filiación política nominal, responden a los mismos intereses. Por eso, todos necesitamos que la lucha que, en 2013, cumplió 10 años, gane y sume fuerzas. No queremos monumentos hipócritas; eso, nadie lo necesita. Hacen falta la verdad y la justicia tanto como las obras que prometen in eternum. A continuación, les traemos un expediente en el que, si tuvimos éxito, se encuentran plasmadas voces que son legitimas y, sistemáticamente, se encuentran silenciadas. Estamos convencidos de que esto no es una coincidencia y este es un aporte más en la batalla por revertir esta situación. |
Contenido:
- Prólogo del libro: "A mí nadie me avisó. De crímenes hídricos y Monumentos de Hormigón. Apuntes para subertir el silencio oficial." - Entrevista a María Schutt, vecina del barrio La Vuelta del Paraguayo. - Comunicado de vecinos del barrio y de Proyecto ReVuelta. - Estado de la causa judicial, por Negro Castro. - Los candidatos seriales. |