Editorial
Andamio, agrupación de izquierda independiente cuyo territorio de acción durante más de 10 años fue la Universidad Pública, creció hasta romper con el techo y las paredes de un espacio que, siempre pensamos, debía ser mucho más amplio de lo que decretan como posible quienes lo gobiernan. En ese esquema lo imposible es lo que va contra sus intereses. Nuestro trabajo desafió incesantemente esa falacia, desde abajo le pedimos peras al olmo y comprobamos que lo posible es lo que llega a ser.
No podía ser de otra manera para quienes creemos que en la Universidad se construye un tipo de conocimiento que tiene poder sobre la realidad; por ejemplo, sobre las decisiones y las políticas públicas. Más aun en la configuración actual del gobierno santafesino, donde la redes de los aparatos radical y “socialista” se extienden desde los centros de estudiantes hasta el más alto funcionario.
Sostenemos que el conocimiento debe construirse superando el vallado simbólico y tangible que levanta frente sí la Universidad. Aunque los frutos de esa lucha, necesariamente colectiva pueden demorar -el que siembra un nogal, no probará sus nueces-, los sembramos de todas formas, porque al ruido de la lucha madurarán Muchas Nueces.
Emprendemos este proyecto y compartimos producciones creadas en diferentes territorios y comunidades para romper con la estratificación y jerarquización del conocimiento, achicar las brechas, acabar con el silenciamiento; simplemente comunicarnos.
Esto implica estar abiertos a escuchar y dar voz a la diversidad de actores que forman parte de la configuración social, cultural y política de Santa Fe. Sólo reconociendo las diferencias y sin la pretensión de coincidir siempre, podremos comprender y articular los espacios que hacen nuestra ciudad, e integrar experiencias y luchas que se dan en otras latitudes de nuestro país.
Frente a un modelo de instrucción abstracta privilegio de unos pocos, buscamos aportar a una formación genuina donde las dimensiones sociales, culturales y políticas de los actores involucrados sean el punto de partida. De ahí que Muchas nueces se nutra de muchas raíces -que pueden multiplicarse…:
La necesidad de extender la militancia hacia los espacios cotidianos de nuestras vidas, amplió el horizonte de nuestras prácticas: dejamos de depender de las estructuras institucionales, cuyas lógicas disfrazan de “juego democrático” sus intereses corporativos, para crear marcos propios. A partir de los principios de horizontalidad, autonomía y autogestión, buscamos anudar nuestro trabajo con el de quienes día a día transforman la sociedad. Frente a la desinformación y reproducción de “verdades” indiscutibles por parte de los medios hegemónicos de comunicación, es imprescindible escuchar todas las voces acalladas abriendo espacios de expresión y creación. La forma que toma el proyecto Muchas Nueces no es azarosa pero si necesariamente provisoria y abierta a quienes quieran poner el cuerpo. No existiría Muchas Nueces sin un sentido colectivo de construcción de la política.
Partimos de la incomodidad de habitar una ciudad que se nos impone desigual, o más igual para algunos que para otros y con la pequeña gran aspiración de aportar a la emancipación, buscamos multiplicar las raíces del cambio social.
Los invitamos así a que nos lean, nos escriban, nos busquen, participen y se sumen en la manera que deseen, pues aquí se encontrarán con lo que pretendemos ser pero fundamentalmente con lo que queremos hacer…MUCHO RUIDO Y MUCHAS NUECES.
Andamio, agrupación de izquierda independiente cuyo territorio de acción durante más de 10 años fue la Universidad Pública, creció hasta romper con el techo y las paredes de un espacio que, siempre pensamos, debía ser mucho más amplio de lo que decretan como posible quienes lo gobiernan. En ese esquema lo imposible es lo que va contra sus intereses. Nuestro trabajo desafió incesantemente esa falacia, desde abajo le pedimos peras al olmo y comprobamos que lo posible es lo que llega a ser.
No podía ser de otra manera para quienes creemos que en la Universidad se construye un tipo de conocimiento que tiene poder sobre la realidad; por ejemplo, sobre las decisiones y las políticas públicas. Más aun en la configuración actual del gobierno santafesino, donde la redes de los aparatos radical y “socialista” se extienden desde los centros de estudiantes hasta el más alto funcionario.
Sostenemos que el conocimiento debe construirse superando el vallado simbólico y tangible que levanta frente sí la Universidad. Aunque los frutos de esa lucha, necesariamente colectiva pueden demorar -el que siembra un nogal, no probará sus nueces-, los sembramos de todas formas, porque al ruido de la lucha madurarán Muchas Nueces.
Emprendemos este proyecto y compartimos producciones creadas en diferentes territorios y comunidades para romper con la estratificación y jerarquización del conocimiento, achicar las brechas, acabar con el silenciamiento; simplemente comunicarnos.
Esto implica estar abiertos a escuchar y dar voz a la diversidad de actores que forman parte de la configuración social, cultural y política de Santa Fe. Sólo reconociendo las diferencias y sin la pretensión de coincidir siempre, podremos comprender y articular los espacios que hacen nuestra ciudad, e integrar experiencias y luchas que se dan en otras latitudes de nuestro país.
Frente a un modelo de instrucción abstracta privilegio de unos pocos, buscamos aportar a una formación genuina donde las dimensiones sociales, culturales y políticas de los actores involucrados sean el punto de partida. De ahí que Muchas nueces se nutra de muchas raíces -que pueden multiplicarse…:
- Expediente: es la gran raíz que se hunde en el planteo de temas y problemas que nos exigen pensarlos desde un desarrollo ampliado de sus causas, la diversidad de cuestiones que involucran y los diferentes planos de sus efectos. Consideramos que todo aquello que nos imponga una perplejidad en el plano de las ideas y la experiencia, pero también todo lo que no se ha problematizado por su supuesta obviedad, demanda un expediente.
- Urbanas: es el gajo que se inserta en tierra local y ofrece una consideración sobre el sentido, las perspectivas y el estado de distintos proyectos e instituciones que despliegan actividades a lo largo y ancho de la ciudad.
- Historia presente: para entender los frutos tenemos que conocer las semillas, profundidad pasada de temas actuales, para descubrir lo que fue en el espesor del presente.
- Moción de arte: es la savia que hace sonar, hablar, moverse, recrearse a los frutos para romper la cáscara.
- Cable a tierra: es el extracto que intentamos tomar de otras nueces que se han nutrido de ideas y experiencias que nos motivan, nos inspiran, nos ayudan a pensar y actuar y del que queremos que se convide quien así lo desee.
La necesidad de extender la militancia hacia los espacios cotidianos de nuestras vidas, amplió el horizonte de nuestras prácticas: dejamos de depender de las estructuras institucionales, cuyas lógicas disfrazan de “juego democrático” sus intereses corporativos, para crear marcos propios. A partir de los principios de horizontalidad, autonomía y autogestión, buscamos anudar nuestro trabajo con el de quienes día a día transforman la sociedad. Frente a la desinformación y reproducción de “verdades” indiscutibles por parte de los medios hegemónicos de comunicación, es imprescindible escuchar todas las voces acalladas abriendo espacios de expresión y creación. La forma que toma el proyecto Muchas Nueces no es azarosa pero si necesariamente provisoria y abierta a quienes quieran poner el cuerpo. No existiría Muchas Nueces sin un sentido colectivo de construcción de la política.
Partimos de la incomodidad de habitar una ciudad que se nos impone desigual, o más igual para algunos que para otros y con la pequeña gran aspiración de aportar a la emancipación, buscamos multiplicar las raíces del cambio social.
Los invitamos así a que nos lean, nos escriban, nos busquen, participen y se sumen en la manera que deseen, pues aquí se encontrarán con lo que pretendemos ser pero fundamentalmente con lo que queremos hacer…MUCHO RUIDO Y MUCHAS NUECES.