Proyecto revuelta
Somos un colectivo político que pretende la construcción de un espacio alternativo partiendo de una construcción “con” el otro. Nuestra acción esta relacionada con una lectura de la realidad y una acción colectiva. Pensamos el territorio como el lugar de significación y creación de nuevas relaciones sociales.
Funcionamos bajo los principios de Horizontalidad y Autonomía económica y política en la toma de decisiones. El trabajo de Revuelta se construye, se repiensa y se proyecta constantemente en base a las experiencias cotidianas.
Hoy nos encontramos…
Revolviendo márgenes y fronteras.
Revolviendo imaginarios para ser más.
Revolviendo tiempos y caminos, revolviendo tierras de todos y de nadie.
Revolviendo el silencio con tambores, para hacer sonar nuevas identidades.
Y te invitamos a ser parte de la construcción de un NOSOTROS…
Somos un colectivo político que pretende la construcción de un espacio alternativo partiendo de una construcción “con” el otro. Nuestra acción esta relacionada con una lectura de la realidad y una acción colectiva. Pensamos el territorio como el lugar de significación y creación de nuevas relaciones sociales.
Funcionamos bajo los principios de Horizontalidad y Autonomía económica y política en la toma de decisiones. El trabajo de Revuelta se construye, se repiensa y se proyecta constantemente en base a las experiencias cotidianas.
Hoy nos encontramos…
Revolviendo márgenes y fronteras.
Revolviendo imaginarios para ser más.
Revolviendo tiempos y caminos, revolviendo tierras de todos y de nadie.
Revolviendo el silencio con tambores, para hacer sonar nuevas identidades.
Y te invitamos a ser parte de la construcción de un NOSOTROS…
Comunicado
Vecinos de la Vuelta del Paraguayo y Proyecto ReVuelta
Santa Fe, 4 de Julio de 2013.
La Vuelta del Paraguayo es un barrio más de la periferia, ubicado en la zona costera de la ciudad de Santa Fe. Durante varias generaciones, sus habitantes han aprendido a convivir con las oportunidades que les brinda la tierra y el río, a lidiar y resistir desde la autogestión con los inconvenientes que trae cada inundación. Las 400 personas que lo habitan, más las diversas instituciones que conforman la trama barrial, llevan en su memoria colectiva innumerables inundaciones. Pero quienes viven en estas tierras saben bien que la crecida de las aguas pertenece al río, pero la inundación la produce la acción del hombre.
El barrio se ha inundado 3 veces en los últimos diez años. 2007, 2009, 2011. Cada uno de estos avances del agua sacó a flote la consabida desidia, el autoritarismo más crudo de parte los gobiernos municipal, provincial y nacional; como así también la organización, la defensa del territorio y sus profundas raíces.
En 2007 las primeras asambleas ensayaban formas de decidir sobre la emergencia y el reclamo de atención mínima. Los vecinos se movilizan para exigir módulos habitacionales (consisten en 4 paredes de chapa) y servicios básicos (agua potable que demora en llegar y baños públicos que llegan después de varias notas y pedido en los medios).
En 2009, los vecinos organizados respondían con reclamos desde sus asambleas e informaban al municipio que las personas del barrio que deban evacuarse a causa de la inminente crecida del Paraná, se instalarían a la vera de la Ruta Nacional 168 y no en los lugares dispuestos por la Municipalidad porque solo así podrían cuidar sus casas y pertenencias, volviendo al barrio tan rápido como sea posible.
La única respuesta recibida provino de la Coordinación del Distrito de La Costa y del Programa de Descentralización y Gestión Territorial, quienes expresaron que para La Vuelta del Paraguayo el municipal había ideado un “plan de contingencia” que predestinaba la medida de tener que evacuarse al ex-GADA, ubicado aproximadamente a 10 kilómetros del barrio, sin tener en cuenta la opinión de los vecinos.
Frente a esta situación, los vecinos contestaron no al traslado, reclamando la asistencia estatal para la ocupación de los terrenos aledaños a la ruta 168 y la necesidad de un plan de evacuación que contemple las necesidades del barrio preservando su identidad.
Por otro lado, mientras el barrio volvía a inundarse, el intendente Mario Barletta implementa una modificación del Cuadro de Usos de la Ordenanza Municipal Nº 8.813: “Reglamento de Zonificación”, la cual dispuso una nueva configuración de las zonas habilitadas para el funcionamiento de “confiterías bailables”. Restringiéndolo a seis nuevas zonas, entre las cuales se encontraban: La Vuelta del Paraguayo, Alto Verde; y la Ruta 168, desde el viaducto Oroño hasta La Guardia.
Según el discurso oficial, las medidas fueron tomadas en función de reordenar la actividad nocturna y trasladar los boliches a zonas no residenciales, en respuesta a los reiterados reclamos de los vecinos de la zona de la Recoleta y el microcentro santafesino.
Con la intención de llevar adelante el traslado de los boliches, el gobierno realiza gastos extraordinarios para asegurar a los empresarios las mejores condiciones en el desarrollo de su negocio. En todas las declaraciones de funcionarios públicos, se hace evidente, la voluntad política que hay por parte del Estado Municipal en realizar el gasto público que sea necesario para hacer efectivo el traslado.
En una ciudad donde un sector importante de la población no tiene acceso a todos los servicios públicos, medidas de este tipo constituyen un acto de violencia simbólica dejando en evidencia en función de qué sectores se gasta el dinero del pueblo. Durante 2011, el barrio en su conjunto realizó reclamos al Gobierno Municipal y Provincial, convocó a sus representantes a participar de asambleas, envió notas a los organismos pertinentes, solicitando que el Estado brinde mínimas soluciones coyunturales y la ejecución de las obras necesarias para que se solucione de una vez por todas, el problema de fondo.
En el marco de la construcción del nuevo puerto de la ciudad de Santa Fe y la revalorización turística de la zona de islas, los grandes intereses inmobiliarios ponen el ojo en La Vuelta del Paraguayo debido al valor turístico y estratégico del lugar. La revalorización de las tierras vuelve a exponer la posición estatal, mientras los vecinos realizan los reclamos, se reactiva el riacho como prioridad turística de inversiones privadas en las que el gobierno municipal invierte alrededor de 100 millones de pesos.
La pregunta es, por qué el Gobierno insiste en relocalizar -la forma elegante del desalojo- a las personas que producen allí su vida, privilegiando los intereses del mercado y desplazando a amplias fracciones a vivir indignamente.
El 26 de junio de 2013, el responsable de pronósticos hidrológicos del Instituto Nacional del Agua (INA) afirmaba que en 24 días el río Paraná superaría los 6 metros, debido a una crecida del río Iguazú semejante a la de 1992. Motivo por el cual unas horas después, el Intendente José Corral declara en conferencia de prensa el estado de emergencia hídrica.
El discurso oficial se ha ido acomodando estratégicamente de manera de instalar una situación de alerta a través de la declaración de emergencia, una situación de calma respecto de los dichos del INA, y por sobre todas las cosas una situación de artífice y previsor ante una probable subida del río.
Su posicionamiento es absolutamente funcional a los intereses que representa, constituye una situación ideal desde todas sus aristas. Año electoral, evacuación, localización de boliches, relocalización de vecinos, posibilidad de compras públicas sin procedimiento.
El 1º de Julio y como resultado de asambleas barriales, los vecinos de la Vuelta del Paraguayo y Proyecto Revuelta presentan una carta al Intendente José Corral en la que se expone la situación actual respecto de la ausencia por parte del Municipio de un plan de Evacuación programado y consensuado con los habitantes del barrio; la exclusión de la Vuelta del Paraguayo en el “Plan de Contingencia” propuesto por la Dirección de Gestión de Riesgo; los inconvenientes presentados en la evacuación durante las inundaciones de los años 2009 y 2011 y la dificultad que representa para la evacuación el plan de relocalización de los boliches que la Municipalidad se encuentra llevando a cabo en el marco del Reglamento de Ordenamiento Urbano. En la misma carta se invitaba formalmente al intendente a una asamblea de vecinos a realizarse el 3 de julio. El día anterior, el funcionario mencionado se presentó en el barrio y manifestó la imposibilidad de construir ranchos al costado de la ruta 168 ya que para la evacuación se dispondría de los ya conocidos módulos. Dejando en claro que no participaría de la asamblea del día siguiente.
El 3 de julio los vecinos y Proyecto Revuelta autoconvocados en asamblea intercambiaron opiniones y las alternativas de evacuación ante la posible crecida, con la presencia de medios locales. Como resultado de la misma se consensua la forma y el momento para realizar la evacuación en línea con las siguientes propuestas:
• Evacuarse al lugar donde habitualmente lo hacen respetando su modo constructivo y la disposición que sus viviendas poseen.
• Reclamar al municipio materiales para construir sus viviendas de evacuación (sobre todo para aquellos vecinos que no cuentan con ellos).
• La evacuación se realizará de manera conjunta y en función del conocimiento respecto de aquellos vecinos que tienen prioridad (los que se inundan primero). Cuando ello ocurra, todos los vecinos y Proyecto Revuelta acompañarán a estas familias y colaborarán en el proceso. Teniendo en cuenta, en la medida de lo posible, los horarios de trabajo de las cuadrillas municipales que construyen los módulos, para evitar el hostigamiento.
• Queda a criterio de cada familia la decisión de ocupar o no los módulos dispuestos por la Municipalidad.
Vuelve a venir el agua y otra vez la respuesta de la Municipalidad es violenta e inconsulta. Los vecinos vuelven a negar el capricho: no es capricho no querer alejarse de su fuente de trabajo, no es capricho no querer abandonar el barrio en el que viven desde hace más de 70 años. No es capricho querer quedarse donde construyen cultura, historia e identidad. No es capricho el modo en que deciden evacuarse, es autogestión basada en el conocimiento preciso de un modo de habitar, despreciada por un “orden” que no acepta ni contempla la autoorganización y autodeterminación del barrio.
La falta sistemática de respuesta por parte del Estado pone en evidencia el hecho de que las acciones de gobierno no responden a un modelo de gestión que promueva la participación de la ciudadanía. Si bien las condiciones que podrían dar lugar a la participación ciudadana, los actores y organizaciones están presentes, no existe una articulación institucional de la participación. Detrás de dicha ausencia subyace un argumento instrumental traducido en un tipo de gestión donde el conocimiento popular local no es tenido en cuenta como fuente de información autorizada.
Se trata de que los ciudadanos involucrados y directamente afectados puedan proporcionar conocimiento útil y relevante que facilite emitir un juicio fiable sobre un problema concreto, igual de sensato y valioso que el juicio experto.
El conocimiento va de la mano de posicionamientos político-ideológicos y ético-morales. La constante en esta experiencia ha sido adoptar la postura donde el saber y el poder se asocian, donde las decisiones las toman unos pocos, las intervenciones son de corte dirigista, compulsivas y autoritarias con fuerte énfasis en el control externo. Sin respeto ni consideración alguna a las historias, valores, creencias, cultura y tradiciones de las personas, familias y grupos.
Con la dignidad pegada a los remos, los vecinos de la Vuelta del Paraguayo y Proyecto Revuelta denunciamos:
La incompetencia estatal a la hora de hacerse cargo de un problema que es recurrente y le compete desde cualquier punto de vista.
Con la convicción como estandarte, los vecinos de la Vuelta del Paraguayo y Proyecto Revuelta decimos Basta ya! Y exigimos
Soluciones de corto plazo para esta coyuntura particular y para la vuelta al barrio en caso de inundación,
Soluciones de mediano plazo para crecientes futuras,
Soluciones de largo plazo para que el barrio sea incluido como tal en los planes de infraestructura y cuente con las obras necesarias para dar una solución definitiva a la problemática de las inundaciones,
Que no se inicien las obras de relocalización de los boliches hasta tanto no se realicen las obras necesarias para que el barrio no se siga inundando.
Apostamos a producir el territorio con salud, emprendimientos productivos, cultura, alfabetización, comunicación comunitaria, reconstrucción de la memoria. La lucha sigue y desde el territorio avanzamos en la organización colectiva para sobrellevar la coyuntura. No estamos dispuestos a naturalizar los abusos de poder que implican una expropiación de nuestro ejercicio de ciudadanía.
Una vez más el agua viene de la mano de la impericia, imprevisión e irresponsabilidad de los gobiernos. Por no haber ejecutado las obras, por inercia en las decisiones, por no prevenir, por no poner en marcha un plan de contingencia inclusivo.
Los juegos poco infantiles entre los sucesivos gobiernos, la especulación inmobiliaria y la puja por la propiedad deben saber una sola cosa. Esta tierra ya tiene dueño: es la tierra de todos los que la habitan, producen allí su vida y proyectan su futuro. Para defenderla, es necesario levantar el puño y en cada mano sostener con fuerza los puñados de tierra con los que estamos dispuestos a seguir soñando.
Santa Fe, 4 de Julio de 2013.
La Vuelta del Paraguayo es un barrio más de la periferia, ubicado en la zona costera de la ciudad de Santa Fe. Durante varias generaciones, sus habitantes han aprendido a convivir con las oportunidades que les brinda la tierra y el río, a lidiar y resistir desde la autogestión con los inconvenientes que trae cada inundación. Las 400 personas que lo habitan, más las diversas instituciones que conforman la trama barrial, llevan en su memoria colectiva innumerables inundaciones. Pero quienes viven en estas tierras saben bien que la crecida de las aguas pertenece al río, pero la inundación la produce la acción del hombre.
El barrio se ha inundado 3 veces en los últimos diez años. 2007, 2009, 2011. Cada uno de estos avances del agua sacó a flote la consabida desidia, el autoritarismo más crudo de parte los gobiernos municipal, provincial y nacional; como así también la organización, la defensa del territorio y sus profundas raíces.
En 2007 las primeras asambleas ensayaban formas de decidir sobre la emergencia y el reclamo de atención mínima. Los vecinos se movilizan para exigir módulos habitacionales (consisten en 4 paredes de chapa) y servicios básicos (agua potable que demora en llegar y baños públicos que llegan después de varias notas y pedido en los medios).
En 2009, los vecinos organizados respondían con reclamos desde sus asambleas e informaban al municipio que las personas del barrio que deban evacuarse a causa de la inminente crecida del Paraná, se instalarían a la vera de la Ruta Nacional 168 y no en los lugares dispuestos por la Municipalidad porque solo así podrían cuidar sus casas y pertenencias, volviendo al barrio tan rápido como sea posible.
La única respuesta recibida provino de la Coordinación del Distrito de La Costa y del Programa de Descentralización y Gestión Territorial, quienes expresaron que para La Vuelta del Paraguayo el municipal había ideado un “plan de contingencia” que predestinaba la medida de tener que evacuarse al ex-GADA, ubicado aproximadamente a 10 kilómetros del barrio, sin tener en cuenta la opinión de los vecinos.
Frente a esta situación, los vecinos contestaron no al traslado, reclamando la asistencia estatal para la ocupación de los terrenos aledaños a la ruta 168 y la necesidad de un plan de evacuación que contemple las necesidades del barrio preservando su identidad.
Por otro lado, mientras el barrio volvía a inundarse, el intendente Mario Barletta implementa una modificación del Cuadro de Usos de la Ordenanza Municipal Nº 8.813: “Reglamento de Zonificación”, la cual dispuso una nueva configuración de las zonas habilitadas para el funcionamiento de “confiterías bailables”. Restringiéndolo a seis nuevas zonas, entre las cuales se encontraban: La Vuelta del Paraguayo, Alto Verde; y la Ruta 168, desde el viaducto Oroño hasta La Guardia.
Según el discurso oficial, las medidas fueron tomadas en función de reordenar la actividad nocturna y trasladar los boliches a zonas no residenciales, en respuesta a los reiterados reclamos de los vecinos de la zona de la Recoleta y el microcentro santafesino.
Con la intención de llevar adelante el traslado de los boliches, el gobierno realiza gastos extraordinarios para asegurar a los empresarios las mejores condiciones en el desarrollo de su negocio. En todas las declaraciones de funcionarios públicos, se hace evidente, la voluntad política que hay por parte del Estado Municipal en realizar el gasto público que sea necesario para hacer efectivo el traslado.
En una ciudad donde un sector importante de la población no tiene acceso a todos los servicios públicos, medidas de este tipo constituyen un acto de violencia simbólica dejando en evidencia en función de qué sectores se gasta el dinero del pueblo. Durante 2011, el barrio en su conjunto realizó reclamos al Gobierno Municipal y Provincial, convocó a sus representantes a participar de asambleas, envió notas a los organismos pertinentes, solicitando que el Estado brinde mínimas soluciones coyunturales y la ejecución de las obras necesarias para que se solucione de una vez por todas, el problema de fondo.
En el marco de la construcción del nuevo puerto de la ciudad de Santa Fe y la revalorización turística de la zona de islas, los grandes intereses inmobiliarios ponen el ojo en La Vuelta del Paraguayo debido al valor turístico y estratégico del lugar. La revalorización de las tierras vuelve a exponer la posición estatal, mientras los vecinos realizan los reclamos, se reactiva el riacho como prioridad turística de inversiones privadas en las que el gobierno municipal invierte alrededor de 100 millones de pesos.
La pregunta es, por qué el Gobierno insiste en relocalizar -la forma elegante del desalojo- a las personas que producen allí su vida, privilegiando los intereses del mercado y desplazando a amplias fracciones a vivir indignamente.
El 26 de junio de 2013, el responsable de pronósticos hidrológicos del Instituto Nacional del Agua (INA) afirmaba que en 24 días el río Paraná superaría los 6 metros, debido a una crecida del río Iguazú semejante a la de 1992. Motivo por el cual unas horas después, el Intendente José Corral declara en conferencia de prensa el estado de emergencia hídrica.
El discurso oficial se ha ido acomodando estratégicamente de manera de instalar una situación de alerta a través de la declaración de emergencia, una situación de calma respecto de los dichos del INA, y por sobre todas las cosas una situación de artífice y previsor ante una probable subida del río.
Su posicionamiento es absolutamente funcional a los intereses que representa, constituye una situación ideal desde todas sus aristas. Año electoral, evacuación, localización de boliches, relocalización de vecinos, posibilidad de compras públicas sin procedimiento.
El 1º de Julio y como resultado de asambleas barriales, los vecinos de la Vuelta del Paraguayo y Proyecto Revuelta presentan una carta al Intendente José Corral en la que se expone la situación actual respecto de la ausencia por parte del Municipio de un plan de Evacuación programado y consensuado con los habitantes del barrio; la exclusión de la Vuelta del Paraguayo en el “Plan de Contingencia” propuesto por la Dirección de Gestión de Riesgo; los inconvenientes presentados en la evacuación durante las inundaciones de los años 2009 y 2011 y la dificultad que representa para la evacuación el plan de relocalización de los boliches que la Municipalidad se encuentra llevando a cabo en el marco del Reglamento de Ordenamiento Urbano. En la misma carta se invitaba formalmente al intendente a una asamblea de vecinos a realizarse el 3 de julio. El día anterior, el funcionario mencionado se presentó en el barrio y manifestó la imposibilidad de construir ranchos al costado de la ruta 168 ya que para la evacuación se dispondría de los ya conocidos módulos. Dejando en claro que no participaría de la asamblea del día siguiente.
El 3 de julio los vecinos y Proyecto Revuelta autoconvocados en asamblea intercambiaron opiniones y las alternativas de evacuación ante la posible crecida, con la presencia de medios locales. Como resultado de la misma se consensua la forma y el momento para realizar la evacuación en línea con las siguientes propuestas:
• Evacuarse al lugar donde habitualmente lo hacen respetando su modo constructivo y la disposición que sus viviendas poseen.
• Reclamar al municipio materiales para construir sus viviendas de evacuación (sobre todo para aquellos vecinos que no cuentan con ellos).
• La evacuación se realizará de manera conjunta y en función del conocimiento respecto de aquellos vecinos que tienen prioridad (los que se inundan primero). Cuando ello ocurra, todos los vecinos y Proyecto Revuelta acompañarán a estas familias y colaborarán en el proceso. Teniendo en cuenta, en la medida de lo posible, los horarios de trabajo de las cuadrillas municipales que construyen los módulos, para evitar el hostigamiento.
• Queda a criterio de cada familia la decisión de ocupar o no los módulos dispuestos por la Municipalidad.
Vuelve a venir el agua y otra vez la respuesta de la Municipalidad es violenta e inconsulta. Los vecinos vuelven a negar el capricho: no es capricho no querer alejarse de su fuente de trabajo, no es capricho no querer abandonar el barrio en el que viven desde hace más de 70 años. No es capricho querer quedarse donde construyen cultura, historia e identidad. No es capricho el modo en que deciden evacuarse, es autogestión basada en el conocimiento preciso de un modo de habitar, despreciada por un “orden” que no acepta ni contempla la autoorganización y autodeterminación del barrio.
La falta sistemática de respuesta por parte del Estado pone en evidencia el hecho de que las acciones de gobierno no responden a un modelo de gestión que promueva la participación de la ciudadanía. Si bien las condiciones que podrían dar lugar a la participación ciudadana, los actores y organizaciones están presentes, no existe una articulación institucional de la participación. Detrás de dicha ausencia subyace un argumento instrumental traducido en un tipo de gestión donde el conocimiento popular local no es tenido en cuenta como fuente de información autorizada.
Se trata de que los ciudadanos involucrados y directamente afectados puedan proporcionar conocimiento útil y relevante que facilite emitir un juicio fiable sobre un problema concreto, igual de sensato y valioso que el juicio experto.
El conocimiento va de la mano de posicionamientos político-ideológicos y ético-morales. La constante en esta experiencia ha sido adoptar la postura donde el saber y el poder se asocian, donde las decisiones las toman unos pocos, las intervenciones son de corte dirigista, compulsivas y autoritarias con fuerte énfasis en el control externo. Sin respeto ni consideración alguna a las historias, valores, creencias, cultura y tradiciones de las personas, familias y grupos.
Con la dignidad pegada a los remos, los vecinos de la Vuelta del Paraguayo y Proyecto Revuelta denunciamos:
La incompetencia estatal a la hora de hacerse cargo de un problema que es recurrente y le compete desde cualquier punto de vista.
Con la convicción como estandarte, los vecinos de la Vuelta del Paraguayo y Proyecto Revuelta decimos Basta ya! Y exigimos
Soluciones de corto plazo para esta coyuntura particular y para la vuelta al barrio en caso de inundación,
Soluciones de mediano plazo para crecientes futuras,
Soluciones de largo plazo para que el barrio sea incluido como tal en los planes de infraestructura y cuente con las obras necesarias para dar una solución definitiva a la problemática de las inundaciones,
Que no se inicien las obras de relocalización de los boliches hasta tanto no se realicen las obras necesarias para que el barrio no se siga inundando.
Apostamos a producir el territorio con salud, emprendimientos productivos, cultura, alfabetización, comunicación comunitaria, reconstrucción de la memoria. La lucha sigue y desde el territorio avanzamos en la organización colectiva para sobrellevar la coyuntura. No estamos dispuestos a naturalizar los abusos de poder que implican una expropiación de nuestro ejercicio de ciudadanía.
Una vez más el agua viene de la mano de la impericia, imprevisión e irresponsabilidad de los gobiernos. Por no haber ejecutado las obras, por inercia en las decisiones, por no prevenir, por no poner en marcha un plan de contingencia inclusivo.
Los juegos poco infantiles entre los sucesivos gobiernos, la especulación inmobiliaria y la puja por la propiedad deben saber una sola cosa. Esta tierra ya tiene dueño: es la tierra de todos los que la habitan, producen allí su vida y proyectan su futuro. Para defenderla, es necesario levantar el puño y en cada mano sostener con fuerza los puñados de tierra con los que estamos dispuestos a seguir soñando.